C. Peña/I. Ruiz/Agencias. 6-Dic-2006
http://www.eldeber.com.bo/2006/2006-12-06/vernota.php?id=540
Simpatizantes del MAS atacan a los huelguistas
Tensión. Gabriel Dabdoub y Juan Claudio Lechín fueron desalojados del templo de San Francisco y les quemaron los colchones. Se declararon en la clandestinidad y seguirán con la medida de protesta
Golpeados. Los huelguistas refugiados en la iglesia San Francisco indicaron que lograron desactivar una dinamita que fue lanzada por los manifestantes dentro del ambiente donde se encontraban.
Un grupo de simpatizantes del Movimiento Al Socialismo (MAS) desalojó violentamente ayer a las siete personas que estaban en huelga de hambre en uno de los ambientes de la iglesia San Francisco, en La Paz, entre los que se encontraban Gabriel Dabdoub, presidente de la Cámara de Industria, Comercio y Servicios de Santa Cruz (Cainco), el escritor Juan Claudio Lechín y el ex comandante de las Fuerzas Armadas Alvin Anaya. A pesar del hostigamiento, los huelguistas aseguraron que seguirán con la medida para exigir que la Asamblea Constituyente adopte como sistema de votación los dos tercios.
El ataque, que se produjo a las 15:00, fue repudiado por el Gobierno a través del viceministro de Coordinación de los Movimientos Sociales, Alfredo Rada. Sin embargo, no despejó la duda de si los ataques provenían de personas del MAS.
Mientras tanto, Dabdoub insistió en que seguirá en la lucha, aún cuando él y sus compañeros estuvieron a punto de ser agredidos físicamente. “Afortunadamente ninguno está herido por el ataque”, explicó el titular de la Cainco, en un contacto telefónico con EL DEBER. Relató que pasadas las 15:00, en la habitación que compartía con el escritor Juan Lechín y otros seis huelguistas, tiraron un cartucho de dinamita que no llegó a explotar porque, según él, consiguieron sacarle la mecha.
Algunos testigos señalaron que el grupo de manifestantes, entre ellos pobladores de El Alto y federaciones campesinas, llegó a las 15:25 a la calle Sagárnaga y tras gritar consignas a favor de la mayoría absoluta para la Asamblea Constituyente, destrozaron los vidrios y la puerta del salón de reuniones de la basílica menor. Irrumpieron violentamente en el interior del piquete de huelga.
Según los funcionarios de la iglesia San Francisco, los manifestantes destrozaron dos televisores, quemaron colchones y sustrajeron bolsas y otras pertenencias de los huelguistas, los cuales tuvieron que huir del salón. La turba los siguió y derribó una reja metálica en el interior del templo en su vano intento por alcanzarlos. Mientras esto pasaba, uno de los agresores fue detenido por la Policía en inmediaciones de la plaza San Francisco, portando dos cachorros de dinamita, y fue trasladado a la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen.
Por la mañana, la ministra de Gobierno, Alicia Muñoz, dijo que la Policía no iba a resguardar la seguridad de las personas que realizan una huelga de hambre en el templo porque esa medida de presión está deslegitimada por la presencia de Ángel Durán, ex dirigente del MST. Además, según ella, había otras prioridades.
Después de sufrir el ataque, el presidente de la Cainco criticó la actitud de la ministra, que ordenó el retiro de los efectivos que custodiaban el piquete de huelga y ‘facilitó’ el ingreso de la turba que, según Dabdoub, estaba alcoholizada.
“Lo que hizo la ministra deja ver que no es una autoridad de todos los bolivianos”, criticó Dabdoub y afirmó su voluntad de mantenerse en la medida de presión.
A su vez, Lechín respaldó la determinación de su compañero de ayuno voluntario y señaló: “Estamos con una cierta agitación tras siete días de huelga, pero nos encontramos bien, logramos huir de la turba que forzó la entrada lateral de la iglesia y nos estamos reorganizando para continuar con la extrema medida, incluso en la clandestinidad si el Gobierno no nos da las garantías establecidas en la Constitución Política del Estado”.
Jaime Navarro, secretario ejecutivo de UN, que encabeza otro de los piquetes de ayuno voluntario en La Paz, dijo que la bancada de su partido pedirá la renuncia de la Muñoz, que debe dejar el cargo por un acto de conciencia.
Asimismo, la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB) lamentó la intervención al piquete de huelga en San Francisco. El presidente de la organización, Roberto Mustafá, aseguró que esa actitud es contraria a las conversaciones que sostuvieron con el vicepresidente, Álvaro García Linera. Indicó que, a través de su institución, se ofreció como nexo para encontrar el diálogo y frenar la escalada de violencia que se vive en el país con más de 600 personas en huelga de hambre, entre ellos los prefectos de Santa Cruz, Rubén Costas; de Beni, Ernesto Suárez; de Pando, Leopoldo Fernández y de Tarija, Mario Cossío.
Por su parte, la Asamblea Permanente de Derechos Humanos, a través de su presidente Guillermo Vilela, exigió a Muñoz seguridad para todos los piquetes de huelguistas de hambre que se instalaron en todo el país pidiendo que se modifique el artículo 71 del reglamento interno de los asambleístas, donde se establece como sistema de votación para cambiar la Carta Magna la mayoría absoluta y no los dos tercios. Por su lado, el Defensor del Pueblo, Waldo Albarracín, demandó a la Policía cumplir con su misión de resguardar la integridad física de los ciudadanos.
En Santa Cruz las críticas no se dejaron esperar, en especial entre los participantes de la huelga masiva que se instaló en el Palacio Prefectural.
El representante del cardenal, Monseñor Sergio Gualberti, dijo que no se puede aceptar lo ocurrido en San Francisco. “La Iglesia siempre ha acogido y refugiado a las personas perseguidas, y eso se respetaba. Ésta es una acción grave que no ayuda a la paz y crea más enfrentamientos entre los bolivianos”, expresó.
El prefecto Rubén Costas calificó el hecho como una intolerancia absoluta. “Es una falta de respeto, este Gobierno está yendo hacia un totalitarismo. Busca que nos enfrentemos, pero nosotros vamos a mantener la calma, y eso le pido a la población”, dijo.
Mientras tanto, el líder cívico Germán Antelo cuestionó el accionar de los masistas. “¿Ése es el Gobierno que queremos, que maneja los tres poderes del país, además de todas las fuerzas represivas? Esto es terriblemente desastrozo para el futuro del país, ¿dónde quedará la democracia?”, cuestionó.
El presidente de los empresarios cruceños, Branko Marinkovic, lamentó que el Gobierno le permita a sus militantes que actúen de esa manera. “Esperemos que recapaciten sobre cómo quieren conducir al país”, acotó.
La ministra fue irresponsable
Carlos Hugo Molina / Constitucionalista
Hay una tradición de asumir medidas de presión en el país, como las marchas y las huelgas de hambre, que fue respetada inclusive en los gobiernos de facto, que era el derecho a protestar. Sólo en casos extremos hubo reacción de los gobernantes totalitarios. Por ejemplo, la huelga de hambre que se realizó a finales del 1977, que permitió llegar a los procesos democráticos y los dictadores la respetaron. Uno de los hechos que se debe analizar es que el derecho a la vida debe ser respetado por el Gobierno y que las manifestaciones, marchas y huelgas necesitan el control del aparato público. Lo que hizo la ministra de Gobierno fue un acto de total irresponsabilidad. Otro hecho que se debe considerar es que sólo en los gobiernos de facto se produjo el ingreso en las iglesias. Estamos frente a una modalidad de un ejercicio político sindical por parte del Gobierno, que le está provocando dificultades. Esta clase del manejo del poder se caracteriza por llevar al extremo las situaciones para recién negociar. El Poder Ejecutivo está incurriendo en este error con un desgaste muy grande. Si no hay una definición clara de equilibrio, esto se puede desbordar de las manos del mismo Gobierno.
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