domingo, 2 de septiembre de 2007

¡Tambores de guerra...! 2-sep-2007

Por: CAYETANO LLOBET T.
http://www.lostiempos.com/noticias/02-09-07/02_09_07_pv2.php

La simplicidad del proyecto Evo --quedarme cuanto pueda y como sea-- pasa, sí o sí, por la aprobación de un texto constitucional que le sirva de formalización jurídica. Fracasó --porque son unos chambones-- en su primer intento de un año de Constituyente. Logró -porque los de Podemos también son unos chambones-- que le otorgaran tiempo de descuento. Y en el primer minuto de ese tiempo adicional, en vez de meter el gol de la aprobación en grande de su proyecto constitucional, ¡se le ocurre la resolución sobre la exclusión del tema de la capitalidad! Cierto, pensando que al quedar bien con su base política más importante, La Paz, garantizaba una buena finalización del partido... ¡pero el público se le metió a la cancha!

De ahí en adelante, sólo le quedaba la opción del despelote. Los chuquisaqueños efectuaron la ocupación territorial de su lugar y la policía de exportación enviada con bombos y platillos por el Ministro Rada, hizo el más soberano de los ridículos. Evo Morales y sus muchachos se metieron a un túnel del que sólo pueden salir por la fuerza. La Asamblea no puede salir de Sucre, no tiene otra sede y la Asamblea es el vientre alquilado que contiene el nuevo feto constitucional legalizador de la dictadura civil vitalicia. Si no hay nuevo texto, no hay reelección.

Pero Sucre está territorialmente ocupado por los chuquisaqueños. Su último nexo oficial con el Estado está roto: ya no hay Prefecto. Y le toca nada menos que al Vicepresidente, recuperando su espíritu guerrero de Warisata, anunciar la reconquista física de Sucre por cien mil efectivos, el 10 de septiembre. Serán los guardianes físicos de la media hora de reunión que necesita el MAS para el parto del mounstrito totalitario.

Hasta ese Día D, el 10 de septiembre, distracción y circo políticos. Mucho alboroto por la injerencia estadounidense, solemnes himnos y proclamas de soberanía y reiteración de que el discurso antiimperialista pede ser políticamente rentable. Justo en el momento en el que el país repudia otra injerencia, la de Venezuela, y contempla azorado el proceso de domesticación gubernamental y militar ante los nuevos señores distribuidores de cheques.

Más alboroto por la presencia y financiamiento de supuestos "traidores a la Patria", vinculados a alguna ONG. Irónico, por lo demás, viniendo del gobierno más vinculado a las ONG en la historia de Bolivia, el más dependiente de los consejos de esos miles de vivos "expertos", el gobierno con menos derecho de todos los conocidos a hablar de injerencia extranjera.

Son las distracciones anteriores. Porque comienzan a hacer sonar muy fuerte sus tambores de guerra. Porque ya saben, además, que no les está resultando muy fácil. El paro de los seis departamentos y la creación de la Junta Democrática de Bolivia no son datos menores. Si en el gobierno queda un milímetro de sensatez, tendrían que saber que están logrando, a partir de Sucre, la organización de una suerte de resistencia nacional fundada en la reivindicación democrática.

Cuado se decantan las verdaderas intenciones, se simplifican los vocabularios y se facilitan las polarizaciones. Todas las reivindicaciones masistas, etnocentristas, indigenistas, plurinacionales, comunitarias, se reducen a una: poder autoritario indefinido. Todas las resistencias regionales --capitalidades, autonomías, regalías-- se concentran en una: democracia a toda costa. ¡Así suenan los tambores de guerra!

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