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domingo, 29 de abril de 2007

El MAS practicó el cuoteo político del aparato del Estado

Una carta revela que a la Confederación de Jubilados de Bolivia le tocó tener presencia en seis reparticiones públicas. Su ex secretario ejecutivo, que ahora es diputado, dice que este es su derecho como oficialistas.
http://www.la-razon.com/versiones/20060926_005676/nota_247_336970.htm




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Hasta hoy no pasaba de ser una sospecha de la oposición y de algunos analistas. Ahora, una carta confirma que el Movimiento al Socialismo (MAS) cuoteó (repartió en cuotas) la administración de las entidades del Estado entre las organizaciones sociales que le apoyaron en las elecciones generales de diciembre del 2005.
La carta fue enviada por la Confederación Nacional de Jubilados y Rentistas de Bolivia (CNJRB) al presidente Evo Morales Ayma el 19 de enero, dos días antes de que asuma la Presidencia de la República.
En la misma, los rentistas le piden ´el urgente cumplimiento de las responsabilidades y compromisos asumidos por su autoridad, en su condición de Jefe del MAS´ y le informan que fue conformada una comisión para tratar ´sobre la administración del ejecutivo comprometida a la CBJRB, de las siguientes entidades públicas: Viceministerio de Pensiones, Servicio Nacional del Sistema de Reparto (Senasir), Servicio Nacional de Patrimonio del Estado (Senape), Instituto Nacional de Seguridad Social, Caja Nacional de Salud y el Viceministerio de Educación Formal o Alternativa´.
Uno de los que firma la carta es el entonces secretario Ejecutivo de la Confederación de Jubilados, Julio García, ahora diputado por el MAS, quien ayer reconoció la autenticidad de la misiva y defendió el derecho de su sector de conducir ciertos espacios públicos por ser parte del oficialismo.
´Tenemos comprometido con el Gobierno para administrar Senasir, para administrar Senape, ser parte en la administración de la Caja Nacional de Salud, etc... porque todo está ligado al interés de todos los jubilados´, dijo.
Señaló que el convenio firmado con el MAS para administrar esas entidades es legal, pues ´se lo hizo en el marco de un compromiso para llevar adelante una serie de cambios, como la nacionalización de los hidrocarburos, reactivar la minería o incursionar en la política de siderurgia con el Mutún. Hemos dicho que hay que trabajar también el litio en el salar de Uyuni y en la medida de eso hemos propuesto ingresar a esa política de contribución´.
Sin embargo, prefirió no hacer comentarios sobre el mecanismo que utilizan los jubilados para definir quiénes se hacen cargo de los espacios que su sector administra en el Ejecutivo. ´Mire, otro día podemos hablar de todo este tema, yo pienso que hay que hablar de los temas de interés nacional, esto son minucias´.
En el gabinete existen al menos cuatro ministros que surgieron de los sectores sociales que el 2005 se aliaron al MAS.
ALIADOS EN EL GABINETE
Orígenes • Wálter Villarroel, ex ejecutivo de la Federación de Cooperativas Mineras, es ministro de Minería; Alex Gálvez, ex ejecutivo de la Confederación de Fabriles, conduce la cartera de Trabajo; Abel Mamani, el ministro del Agua, fue ejecutivo de la Federación de Juntas Vecinales de el Alto y Celinda Sosa, titular de Desarrollo Productivo, fue dirigente de la Federación Bartolina Sisa.

Todos los hombres del presidente Morales

Por:JOSÉ LUIS VARGAS AZERO


Encerrado en la burbuja de su propia obstinación y ebrio de soberbia desdeña a instituciones terrenas y celestiales mientras reafirma su decisión de relevar a los poderes constituidos y "borrar toda la historia" anterior a su llegada al poder, ambiciosa pretensión de revolución moral para un Presidente cuyo gabinete se ha convertido en un sínodo de fariseos
Cualquier perspectiva de un cambio histórico que Bolivia haya depositado en las Elecciones Generales de 2005, ha sido demolida por las deformes criaturas del oficialismo: El autoritarismo y la corrupción. A ocho meses de un relevo electoral, promocionado por el marketing oficialista como "el hito de una ruptura histórica", los guardianes del nuevo orden revelan poseer la misma naturaleza predatoria y los mismos hábitos proscritos de la clase política tradicional.
Los viejos apetitos afloran en el partido del presidente Morales con insólita avidez. Jadeantes las fauces y embriagados por el olor del poder, sus más insignes lugartenientes se abandonan a los más cortesanos excesos, hacen abuso desfachatado de su posición, disponen discrecionalmente del patrimonio estatal y violan sin pudor el voto de fe recibido el 18 de diciembre. Evo llegó al poder predicando un evangelio de humildad, patriotismo y honradez que ni él ni sus apóstoles comparten ya.
Versa sabio un adagio que la libertad no sólo se nos arrebata por la fuerza, también solemos perderla en medio del estruendo de un aplauso y mientras en marzo Bolivia aun celebraba la vehemencia con que el electo gobierno se estrellaba contra los resabios del viejo orden, en agosto se sorprendió vitoreando la conculcación de sus propias libertades.
De no haberse autocensurado por el temor a una nueva frustración, el país hubiese percibido temprano los atisbos de autoritarismo oficialista en los exabruptos del Ministro de Relaciones Exteriores y aunque la apología cocacentrista de Choquehuanca fue criticada, ella revelaba una ingenuidad que de principio inspiró hilaridad. Pero la mofa se transformó rápidamente en pavor público conforme los lapsus linguis del Canciller degeneraron en la verborrea agresiva y delirante del inquisitorial Ministro de Educación.
Así, del inofensivo delirio de la leche de coca el oficialismo pasó a la paranoia de la abolición de la religión en las escuelas y Bolivia, un país profundamente cristiano, vio que al gobierno le bastaron seis meses para proscribir la fe católica y poner bajo sitio a la religión oficial.
Pero si la vorágine autoritarista que desató el "partido del cambio" fue una sorpresa, los síntomas de corrupción fueron sin duda inesperados. La revelación de dos veteranos fundadores del MAS, los senadores Antonio Peredo y Santos Ramírez, patrocinando a un funcionario del oficialismo, detenido tratando de sacar cocaína a España, sólo fue opacada por el sonado escándalo de negociado y tráfico de influencias en YPFB, que involucró a otras dos vacas sagradas del MAS: el oscuro Jorge Alvarado y el vehemente Manuel Morales Dávila. La evidencia de corrupción tardó lo que le tomó al probo Ministro de Hidrocarburos Andrés Solíz hacer público el resultado de la auditoría a Iberoamericana Trading y ser victimado en el Senado por una oposición carente de ubicación política, casi el mismo tiempo que le tomó al presidente Morales victimar al Superintendente de Hidrocarburos, Jaime Ortiz para tratar de justificar a Alvarado contra su propio decreto y contra los principios de la nacionalización.
Pero el abuso del poder tiene también ángulos irónicos: la napoleónica deferencia consigo mismo de un Evo Morales que decreta su casa natal como "Patrimonio Histórico de Bolivia"; la solapada conspiración de grupos irregulares que tienen de virtuales rehenes a los constituyentes en Sucre y desconocen a los prefectos constitucionales en Cochabamba y La Paz; la grosera pretensión de cerrar las superintendencias para encubrir los negociados del clan Alvarado-Morales Dávila; y -sobre todo- el audaz despido del Superintendente de Hidrocarburos, tras la renuncia de Alvarado; todo es parte de esa salvaje metamorfosis que de a poco convierte al oficialismo en una jauría dispuesta a engullir a dentelladas los despojos de quince años de neoliberalismo. Paradójicamente, el presidente Morales desdeña toda evidencia de corrupción y defiende a muerte a sus senescales, mientras asegura estar investido de un mandato popular y una moral política que, de proponérselo, le darían la autoridad para rehacer toda la creación. Encerrado en la burbuja de su propia obstinación y ebrio de soberbia desdeña a instituciones terrenas y celestiales mientras reafirma su decisión de relevar a los poderes constituidos y "borrar toda la historia" anterior a su llegada al poder, ambiciosa pretensión de revolución moral para un Presidente cuyo gabinete se ha convertido en un sínodo de fariseos y cuyo partido pretende ser el Santo Oficio cuando sus prelados difícilmente serían capaces de sobrevivir a su propio Auto de fe

http://www.lostiempos.com/noticias/01-09-06/01_09_06_pv6.php